martes, 11 de enero de 2011

Canción del jardinero

Mírenme, soy feliz
entre las hojas que cantan
cuando atraviesa el jardín
el viento en monopatín.

Cuando voy a dormir
cierro los ojos y sueño
con el olor de un país
florecido para mí.

Yo no soy un bailarín
porque me gusta quedarme
quieto en la tierra y sentir
que mis pies tienen raíz.

Una vez estudié
en un librito de yuyo
cosas que sólo yo sé
y que nunca olvidaré.

Aprendí que una nuez
es arrugada y viejita,
pero que puede ofrecer
mucha, mucha, mucha miel.

Del jardín soy duende fiel,
cuando una flor está triste
la pintó con un pincel
y le toco el cascabel.

Soy guardián y doctor
de una pandilla de flores
que juegan al dominó
y después les da la tos.

Por aquí anda Dios
con regadera de lluvia
o disfrazada de sol
asomando a su balcón.

Yo no soy un gran señor,
pero en mi cileo de tierra
cuido el tesoro mejor
mucho, mucho, mucho amor

María Elena Walsh
(1930 -2011)

domingo, 19 de diciembre de 2010

Plenitud

Calle Corrientes. Sábado por la noche. Frío inesperado de Diciembre.
Mientras Pedro canta, capto mil instantes entre seres que se contemplan, se quieren, se desean. Rostros hermosos que improvisan el amor, inspirados; un sábado por la noche, en la calle Corrientes. Yo sueño despierta, con ojos húmedos y contenidos. Me distrae la luna, que de plata se asoma entre esas nubes pasajeras. Cómplice, muda y amiga.
Todas las existencias que me han marcado, acechan entre las hojas de cada libro que miro. Entonces los llevo, para no dejarlas ir nunca. Ilusión de que la vida pueda escribirse en un papel eterno. Que pliego cada día y guardo en el bolsillo, de una vida generosa de afecto.
Hoy, no deseo más nada…

Llorar a lágrima viva

Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.

Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.


Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.

Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo
(1891 - 1967)

domingo, 5 de diciembre de 2010

En el "meeting" de la humanidad.

Millones de hombres gritan lo mismo:
¡yo, yo, yo, yo, yo, yo!...
¡yo, yo, yo, yo, yo, yo!...
¡Cu, cu, cantaba la rana;
cu, cu, debajo del agua!...
¡Qué monótona es la rana humana!
¡Qué monótono el hombre mono!
¡yo, yo, yo, yo, yo, yo!...
Y luego: A mí, para mí;
en mi opinión, a mi entender.
¡Mi, mi, mi, mi!
Y en francés hay un ¡"Moi"!
¡Oh!, el "Moi" francés, ¡ese si que es grande!
"¡Monsieur le moi!"
La rana es mejor
¡Cu, cu, cu, cu, cu!
Sólo los que aman saben decir ¡Tú!

Jacinto Benavente
(1866-1954)

PD: Que actual este Jacinto...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Ninja

Tarde de perros. De “calma chicha” que me aburre de manera soberana. Esas nubes bajas anuncian otra lluvia vespertina y los libros me miran expectantes, desde la página en que los abandoné antes de la siesta. Mi ritual favorito. Esa costumbre pueblerina que jamás desaparece, arraigada en mi ADN como el mate amargo, por esa manía querendona de no abandonar lo sano y bien amado de mis hábitos cotidianos.
Ninja aparece. Siempre de buen humor, jamás hasta ahora iracundo. Este lúcido guerrero entonces, despliega tesoros y vivencias con una luz interior que fascina. De pronto, me instala en el medio de una sala, atravesando las altas cumbres de su biblioteca (de todo menos standard), mirando un paisaje desconocido, que me sienta sereno y original, como un paisaje oriental, como una película en blanco y negro de Kurosawa. Sin intermedios, debatimos después sobre la raza humana y sus curiosidades, en una cruzada interminable que me divierte como pocos. Las preocupaciones acerca del futuro del planeta y ese tipo de cosas, se enlistan esperando su turno. Me revela sus proyectos serranos, de ingeniero mecánico y de jardinero zen. Yo me siento ínfima en esa inmensidad, dueña de un mundo mucho más lejano y mucho más pequeño, que parece descansar en su universo de perfecto balance Yin Yang que todo lo abarca: lo visible y lo invisible.
Ninja mental, está formado de las cinco energías y las transmite como una onda expansiva que se adhiere sin remedio alguno. Yo la capto con mi radar, sincronizo en su frecuencia y me siento brillante de notarlo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Mujer

Caminando por las calles de mi barrio, recibí el volante más aterrador que jamás hubiese imaginado…
Se anuncian como “Mami en Casa” y ofrecen entre sus servicios: Cocinar en tu cocina, ordenar tu placard, hacer tus compras, realizar tus trámites y hasta capacitar a tu personal doméstico!!! Deben ser un batallón de mujeres que invaden tu casa y usurpan tu vida; ávidas de usar tu ropa, tu tarjeta de crédito y hasta acostarse con tu marido…
Ahora, lo más pavoroso del asunto, es que si les da para hacer estos folletitos tan coloridos y de tan buena calidad, alguien las debe consumir!!! Ergo: la culpa no es del chancho…
Seguí caminando sin creer lo que leía. Miré a las mujeres a mi alrededor y traté de imaginar cuál de ellas llamaría a estas “mamis”. No conozco a nadie capaz de contratar estos servicios.
Me asustó la idea de que estos tiempos modernos, que jamás parecen bastarnos, nos arrastren a esa locura… Quiero cocinar en mi cocina, la comida que yo deseo y dedico. Y que mi placard siga desordenado, porque es la única forma en que voy a encontrar mi ropa; que yo compré y elegí. Y los trámites, resignados, seguirán esperando y las cuentas perseguirán fechas de vencimiento que después de todo recuerdo… y a término. Mi inexistente personal doméstico, me va a agradecer que les ahorre una capacitación. Y si hay un hombre en la casa, me acostaré con él todas las noches y desayunaré con él todas las mañanas y me perdonará las tostadas quemadas, porque mi café es exquisito.
Que loco, esa mañana el funesto anuncio de “Mami en casa”, me hizo conciente de lo modesto y profundamente afectivo que fue haber tenido a mi madre en casa. A su tiempo, cuando volvía de trabajar o cuando bailaba en el living esa chacarera que jamás pude aprender. Y asi, en un instante, con esa propaganda en la mano, y con los pasos de baile de mamá en la cabeza, definí mis pretensiones acerca de esta vida, de mujer modelo 2010…

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Predilecto

Noviembre llega de nuevo y yo al escribir parezco nostálgica. Amo noviembre y a sus tardes de sol… y al olor a flores de jazmín en las veredas.
Quizás una escapada a la playa. Un pic-nic en el jardín de casa. O caminar descalza por el piso frío de la cocina mientras preparo ensaladas de mil colores. Mientras la ropa abrigada se cambia por la mas liviana, mientras la piel tímida, se vuelve tornasolada.
El último noviembre de esta década.
Que las horas se sucedan espaciadamente... Quiero vivir despacio, saborear cada día.